El bloqueo de Estados Unidos afecta los sectores de mayor impacto social de Cuba

Rafael Carela Ramos El bloqueo es el principal escollo para el desarrollo de las relaciones económicas, comerciales y financieras de Cuba con Estados Unidos y, por su carácter extraterritorial, con el resto del mundo. Lo anterior forma parte del informe de Cuba titulado Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto injustamente por los Estados Unidos de América contra la Isla, desde el 3 de febrero de 1962, mediante la proclama Presidencial 3347 del entonces presidente de USA Kennedy, y que será sometido a discusión y votación nuevamente en la ONU, el próximo 31 de octubre. El documento precisa que desde abril del 2017 hasta marzo del 2018, esta medida le ha provocado pérdidas al país por 4 321 millones de dólares. Durante los más de 56 años de impuesto el bloqueo, las afectaciones acumuladas ascienden a 933 mil 678 millones de dólares, tomando en cuenta la depreciación del dólar frente al oro en el mercado internacional. A precios corrientes ha provocado afectaciones por 134 mil 499 millones 800 mil dólares, aclara el informe. A partir de la llegada del presidente Trump al poder, el bloqueo se ha recrudecido, comenzando por el establecimiento de nuevas medidas punitivas, como una lista de 179 organismos cubanos, integrada por una diversidad de entidades supuestamente vinculadas al sector de la defensa y la seguridad nacional, y se llega al colmo de incluir hasta marcas comerciales de refrescos, rones y un servicio fotográfico, con los que las entidades y ciudadanos norteamericanos tienen prohibido hacer transacciones financieras directas. Se prohíben, además, los viajes de los ciudadanos estadounidenses a título individual bajo la categoría de intercambios “pueblo a pueblo”, que fueron establecidos por la anterior administración. A partir de entonces, los estadounidenses tienen que viajar con el patrocinio de una organización de su país y ser acompañados por un representante de esa organización. Estas medidas, obviamente, dañan la economía de Cuba y a sus más importantes sectores sociales estatal y no estatal, como la alimentación, la salud, educación, el comercio exterior y las finanzas; pero, al mismo tiempo, también a los ciudadanos estadounidenses, que tienen limitado su derecho a viajar libremente a la isla y a sus empresas, las que pierden las oportunidades de negocios aquí. No obstante estas injustas medias, Cuba ha decidido continuar luchando con firmeza por el camino escogido, en pos de lograr una sociedad moderna, justa y sostenible, “con todos y para el bien de todos”. El venidero 31 de octubre, la comunidad internacional rechazará en la Asamblea General de la ONU, por vigésima séptima ocasión consecutiva, este engendro imperialista, calificado por muchos como genocidio, violatorio del Derecho Internacional, la Carta de la ONU, y los derechos humanos del pueblo cubano.