miércoles, 6 de noviembre de 2013

?QUE HACER?

RAFAEL CARELA RAMOS No se trata de un remedo del tratado político de Lenin del mismo nombre, sino de una situación que enfrentan no pocas personas por estos días. Se trata de cuentapropistas con licencia para ejercer como “Modista o Sastre” y “Productor Vendedor de artículos varios de uso en el hogar”, que son miles en el país. Estas personas, ante la falta de materias primas o productos para su trabajo, optaron por importar ropa, calzados y otros artículos, para su venta aquí. El caso es que el asesor de la ministra del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, José Barreiro, explicó que aunque se analizará puntualmente con cada cuentapropista explicarle la legislación, la medida entró en vigor para su “ejecución inmediata”. El directivo aclaró que la venta de estos artículos constituirá una infracción y conllevará la aplicación de una contravención a quien lo realice. Esto fue ratificado por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, el cual precisó en una nota informativa la “ilegalidad de la comercialización minorista de artículos importados o la reventa de los adquiridos en la red comercial estatal”. Al mismo tiempo, el documento señala que “el éxito de la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del partido y la Revolución, sólo será posible en una atmósfera de orden, disciplina y exigencia…” Ello obliga a los cuentapropistas que han realizado esas inversiones, a como quien dice ponerse los patines, para vender los artículos y productos que han adquirido en el exterior o las tiendas recaudadoras de divisas en la isla. En medio de la preocupación que esto ha dado lugar, hay quienes piensan que en lo adelante volverá la venta de ropa, calzados y otros en el mercado subterráneo, procreando precisamente una indisciplina o desorden que el país está empeñado en disminuir, hasta su erradicación. En medio de esta situación cabría preguntarse, entonces, ?qué hacer?. Pienso que no es fácil asimilar la pérdida del dinero y los esfuerzos invertidos en la adquisición de las mercancías, y como se ha dado hasta el 31 de diciembre para el cierre esas operaciones, se antepone elevar las gestiones de venta; pero. a mi juicio, los cuentapropistas de este sector, como principio, deben ajustarse a lo que establece la ley, evitando cometer contravenciones que los afectarían económica y moralmente. En cuanto a Comercio Interior, ha de continuar haciendo esfuerzos, en medio de las limitaciones económicas de Cuba, por crear los mecanismos y los tan anhelados almacenes mayoristas de productos, para que las personas que ejercen el trabajo por cuenta propia tengan dónde abastecerse, sin necesidad de cometer ningún tipo de delito o infracción sobre de lo normado. Y, como experiencia, quien tenga que ver con esto, corregir el tiro y no autorizar ninguna otra actividad que no tenga un debido respaldo material mayorista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario