lunes, 19 de noviembre de 2018

Esas mujeres vestidas de blanco

Rafael Carela Ramos En medio de la tensa situación provocada por el incumplimiento de lo acordado en el programa Más Médicos para Brasil, por parte del gobierno de ese país, que ha dado lugar a la retirada de Cuba de este convenio, el presidente electo Jair Bolsonaro, ha llamado a las médicas cubanas -que son hasta el 60 por ciento del personal de colaboración allí-, “mujeres vestidas de blanco”. Como señaló el canciller cubano en una conferencia de prensa este último sábado, que no se puede asegurar exactamente qué quiso decir el señor, pero lo que sí puede afirmarse es el carácter irrespetuoso, despectivo y discrimador de tal calificativo de un presidente electo, que sin aún haber tomado las riendas de su país, se destaca por sus abiertas declaraciones xonofóbicas, supremacistas, racistas y ultrareaccionarias. Pero Bolsonaro no sólo se refirió al vestir de las médicas, sino que amenazó la presencia de nuestros facultativos, los calificó de “esclavos”, y declaró reiteradamente que modificará los términos y condiciones del programa, con un evidente irrespeto de la Organización Panamericana de Salud (OPS), parte del acuerdo. Dijo el mandatario electo, en ese sentido, que condicionará la permanencia de los médicos cubanos a la revalidación de su título y a la contratación individual, condiciones inadmisibles y violatorias del contrato con Cuba. Esas “mujeres vestidas de blanco” constituyen el 60 % del de los cerca de 20 mil cubanos que integraron el contingente de cooperantes en Brasil, y que en cinco años atendieron a 113 millones 359 mil pacientes, en más de 3 mil 600 municipios, llegando a cubrir por ellos un universo de hasta 60 millones de brasileños, de acuerdo con estudios y controles del Ministerio de Salud de Cuba. Esas “mujeres vestidas de blanco” no han tenido reparo en laborar en lugares de pobreza extrema, en favelas de Río de Janeiro, Sao Paulo, Salvador de Bahía, en los 34 Distritos Especiales Indígenas, en particular, la Amazonía, hechos reconocidos por los gobiernos federales, estaduales y municipales de ese país, su población, y la OPS. Según políticos progresistas e instituciones de ese país, para la población más humilde, el cierre del programa será una pérdida irreparable a corto y mediano plazo, pues más de 30 millones de brasileños se quedarán sin cuidados primarios en todo el territorio nacional. No falta quien señale que el fin de la participación de los médicos cubanos es una primera tragedia de la ideologización y de la locura persecutoria contra la izquierda que está en curso en ese país, con la certeza de que Cuba no le faltará a ningún pueblo del mundo que requiera su solidaridad. A Bolsonaro, que al parecer es adicto a los colores, si viniera a Cuba llamaría “mujeres vestidas de verde” a las integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias; “mujeres vestidas de azul a las de la Policía Nacional Revolucionaria; “mujeres multicolores”, a las profesoras y maestras de centros de estudios, científicas, abogadas, periodistas, funcionarias públicas, profesionales y técnicas diversas, que constituyen la mayoría laboral del país, así como a las consagradas trabajadoras de todos los sectores de la producción y los servicios. Las “mujeres vestidas de blanco”, médicas cubanas, dejaron una profunda huella de calidad profesional y humana, de respeto y cariño, en la parte del pueblo más humilde y necesitado de Brasil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario