La solidaridad humana del cubano

Rafael Carela Ramos -“No sé cómo se llaman, ni recuerdo bien sus rostros. Lo único que no olvido son los gestos de solidaridad humana que un grupo de personas, en una situación muy difícil, vinieron en mi ayuda”. Así me contaba un amigo sobre los momentos de angustia que vivió recientemente por un fallo de salud que lo llevó a sentarse en el suelo, sin fuerzas, a punto de perder el conocimiento. Enseguida se rompió la cola, se llenó de voces el lugar, y hombres y mujeres se le acercaron solícitos a preguntarle qué le pasaba, de qué padecía, intentando levantarlo. Un agente de la autoridad que estaba en el grupo, lo ayudó a levantarse y llevarlo a un escalón del centro comercial, en tanto un nombre, teléfono celular en mano, le preguntó el teléfono de su casa y llamó a sus familiares para que vivieran a recogerlo. Un motorista, sin cobrar un centavo, lo llevó hasta el cuerpo de guardia del policlínico cercano, donde fue atendido por un facultativo que recomendó que fuera llevado con un cardiólogo, lo que hicieron algunos de sus familiares que también acudieron allí. En la Sala de Cardiología el hospital provincial Saturnino Lora fue ingresado y tratado durante una semana, en la que el jefe del área, médicos, enfermeras y trabajadoras lo atendieron con dedicación, profesionalidad y un alto sentido humano, en forma gratuita. Dice que le llamó la atención, que cuando faltaba algún medicamento que en un momento dado no había en la sala, debido a las dificultades, que la política de bloqueo de Estados Unidos obstaculiza llegar a Cuba, los propios pacientes, en gestos loables, lo entregaban a la enfermera por el simple interés de servir al semejante. Este no es un caso aislado. En las páginas de atención a la población de nuestros medios nacionales y de la provincia santiaguera, así como en los espacios de facilitación social de la radio del territorio, no pocos enfermos solicitan y resuelven medicamentos que no han podido adquirir en la farmacia. En estos momentos de desabastecimiento de combustibles y dificultades económicas en general del país, sobresalen los ejemplos de solidaridad, en las paradas de ómnibus recogiendo pasajeros, en centros de trabajo, comercios, hospitales, en las calles y el barrio tienen lugar conmovedores gestos de solidaridad humana, porque a pesar de campañas tendenciosas y críticas sin argumentos de enemigos de Cuba, por encima de cualquier defecto, está la virtud solidaria del cubano.