Trump castiga a las familias cubanas

Rafael Carela Ramos Con la entrada en vigor este día 10 de marzo de la suspensión de vuelos chárter públicos, entre Estados Unidos y Cuba, con excepción del aeropuerto internacional José Martí, de La Habana, con la limitación de 3 600 vuelos de ida y vuelta, el presidente estadounidense Donald Trump acaba de castigar con dureza a las familias cubanas de aquí y de allá. De esta forma, se reduce la posibilidad de visitas a ambos lados de las 90 millas que separan a estos países, encareciendo los encuentros familiares e incluso impidiéndolos, en los casos de personas con menos posibilidades económicas, ya que los interesados se las tienen que jugar por terceros países, según informan medios informativos nacionales y agencias nacionales e internacionales de prensa. Al decir del propio Trump y de Mike Pompeo, secretario de Estado norteamericano, pretenden privar de ingresos al Gobierno cubano y su solidaridad con Venezuela, dice uno; ayudar al pueblo cubano, dice engañosamente el otro, y dicen muchos que de lo que se trata, en realidad, es de ganar votos en las venideras elecciones presidenciales de USA, complaciendo así a los enemigos de Cuba en la Florida. Con esta, suman más de 190 medidas punitivas contra la isla, desde el 2017, con el propósito de hacer rendir al pueblo cubano, olvidando que la historia nos enseña que aquí no se rinde ningún revolucionario o patriota. Entre esas medidas de la actual administración norteña se destacan, por su naturaleza de impulso a la confrontación y el propósito de ahogar la economía de esta nación, la activación del Título III de la Ley Helms Burton, la persecución contra compañías, empresas y buques tanqueros que transportan petróleo y gas, esenciales para el quehacer y las cocinas de este país, así como la reducción drástica de vuelos regulares y chárter procedentes de EE:UU:, entre otras. A pesar de todas las dificultades, tanto el Gobierno como el pueblo cubano, han expresado con firmeza, una y otra vez, que Cuba continuará el rumbo escogido, con dignidad soberana.