lunes, 13 de enero de 2014

¿ DÓNDE ESTÁN LOS PORQUÉ DEL DELITO Y LAS ILEGALIDADES?DES?

RAFAEL CARELA RAMOS Desde hace algunos años, incluso antes de que Fidel nos alertara sobre el peligro de las ilegalidades, la corrupción y el delito para la existencia misma de la Revolución, ahora ratificado con amplitud por Raúl, esto ha sido una preocupación de las máximas autoridades de la provincia de Santiago de Cuba y el resto del país. El Presidente cubano en su discurso clausura de la última sesión de La Asamblea Nacional del Poder Popular enumeró una cantidad considerable de hechos y actitudes que siguen afectando a nuestra sociedad, y el imperativo de que todos los factores en cada lugar luchen unidos para su erradicación. Sin embargo, este flagelo lejos de eliminarse, se ha ido incrementando con el paso del tiempo. ¿ A qué puede atribuirse este fenómeno tan negativo para este sociedad?. No creo, como dicen algunos, que las dificultades económicas del país, que se traducen en carencias y a nivel familiar salarios que no alcanzan y precios altos de los productos, por sí solos, generan las ilegalidades y el delito, pues no habría centros de trabajo y personas, como los hay, que no cometen estos hechos. Más bien pìenso que, con independencia de los problemas económicos actuales, la impunidad con que ocurren esas manifestaciones delictivas e ilegalidades desempeñan un papel determinante, ya que en no pocos casos, los comisores no tienen tales antecedentes. La práctica ha demostrado que, por ejemplo, cuando el jefe o director y su consejo de dirección, que tienen la responsabilidad institucional de velar por la protección de los bienes que el Estado ha puesto en sus manos con un fin de interés del país, y no lo hacen, dejan abiertas las puertas para la comisión de delitos. Las direcciones administrativas deben controlar y exigir porque se cumpla lo establecido, para garantizar que se cumpla el objetivo de trabajo, así como el plan de medidas preventivas para que esto sea con la eficiencia, el orden y la legalidad debidos. Los directivos deben ser los primeros en preocuparse y ocuparse de que todo lo que esté bajo su dirección funcione correctamente, y sentir cada robo, hurto o desvío de recurso como en carne propia, por lo que han de responder. Del mismo modo el Partido debe asumir la corresponsabilidad de todo lo bueno y mano que tenga lugar en su área de influencia y actuar en consecuencia, exigiendo a sus militante la ejemplaridad y combatividad que debe distinguirlos. Al respecto, en el Artículo 7 inciso b de los Estatutos del Partido, se puntualiza que los militantes de la organización tienen la obligación de “ respetar, cuidar y proteger la propiedad socialista, luchar decidida, enérgica e intransigentemente por el ahorro, la disciplina laboral y social, contra el despilfarro, desvío de recursos, conducta delictiva, maltrato y falta de atención o protección de los medios de producción y de todos los bienes de la sociedad. Por otra parte, las organizaciones políticas y de masas de los centros laborales y comunidades también debe elevar la vigilancia y combatividad, prever la ocurrencia de ilegalidades y delitos, y cuando esto y ocurra, reunir a sus miembros, analizar las causas y condiciones que lo propiciaron, y adoptar las medidas correspondientes para evitar su repetición. En las entidades estatales, luchar contra los robos, hurtos, desvíos de recursos, sustracciones de productos, y otros que se ofertan en nuestros barrios, y que salen de los almacenes estatales, empresas y entidades, así como no permitir las casas almacén, minifábricas, robos con fuerza y violencia, ventas de productos ilegales e indisciplinas sociales, como hacer bulla hablando en alta voz o con los equipos de música con volúmenes desmesurados, sin consideración los vecinos, que tienen lugar en nuestras comunidades. No hay otro camino

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