viernes, 14 de noviembre de 2014

La Placita de Santo Tomás

Santiago de Cuba hacia su aniversario 500 RAFAEL CARELA RAMOS #SantiagodeCuba.-A simple vista puede parecer un parque más, como cualquier otro parque, con bancos, locetas, árboles, luminarias, el obelisco en recordación a los caídos, y un pequeño muro circundante. Sin embargo, La Placita de Santo Tomás de Santiago de Cuba es más que un parque adonde se va a descansar, conversar o coger fresco, por lo que guarda de historia y los ejemplos que encierra. En la etapa de la lucha de los cubanos contra la dictadura batistiana, fue un lugar de encuentro de muchos jóvenes por redimir a su país, que integraban grupos de luchadores clandestinos. En La Placita se reunían parejas de enamorados para declararse un amor que podría unirlos para siempre; adolescentes que medían su fuerza y energía en juegos como las carreras o el béisbol, con pelotas de goma -experiencia que recuerdo bien, pues yo era asiduo participante-; y revolucionarios que compartían sus sueños de liberar a la Patria. Allí concibieron y compartieron sus ideas libertarias jóvenes como Frank y Josué País, Otto Parellada, José (Pepito) Tey, Tony Alomá, Salvador Pascual, Floro Vistel, y otros que derramaron su sangre en nombre de la fidelidad a sus ideales. Como para homenajear ese lugar de historia, y en una continuidad diferente, como diferente es esta época, casi todos los días sus predios se llenan de los colores de los uniformes de estudiantes que van al parque a ejercitar sus músculos, en una formadora educación física, después de sus tareas en las aulas. La Placita es un retablo de héroes que siguen viviendo en las generaciones actuales y futuras de santiagueros.

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