"Tocando la luz", un derecho de los invidentes cubanos

RAFAEL CARELA RAMOS #DD.HH.Cuba.-Un reciente programa de Hurón Azul, transmitido por la TV Cubana, me hizo recordar una frase martiana que sublimiza el amor, más allá de cualquier derecho escrito o por escribir, cuando dice: “El amor encorva la frente del tigre”. Se trata del Proyecto 23, Cine Club “Tocando la luz”, para discapacitados visuales, que se lleva a cabo en La Habana, capital de este país. El contenido-objetivo del proyecto es la descripción por experimentadas actrices y locutoras, de filmes de factura cubana, en salones preparados para ello, para el disfrute de decenas de invidentes. Como se explicó en el programa televisivo, no se trata de la simple narración de una telenovela o novela radial, sino de un ejercicio de alta profesionalidad; de exquisita sensibilidad humana y agudeza descriptiva, ya que la narradora debe ir exponiendo los hechos que ocurren en la película; el ambiente; el estado de ánimo de los personajes, y otros elementos como el sonido, que ayuden a que los participantes puedan “ver”, lo mejor posible, lo que está ocurriendo en la proyección, sin perder detalles. Esta labor es exigente, de mucha dedicación, pero las actrices del Proyecto han manifestado que la realizan con mucho amor y compromiso, pues saben que con esto ayudan a muchas personas a disfrutar de una necesaria y humana recreación, de entretenimiento y fortalecimiento espiritual. Los beneficiados con el Proyecto, al ser entrevistados, manifestaron su agradecimiento por este esfuerzo de los organismos del Estado cubano que tienen que ver con su realización; su satisfacción por esto que reciben y por la oportunidad de poder compartir con otras personas con la misma discapacidad, pues de otra forma no sería posible. Los organizadores del Cine Club “Tocando la luz”, aspiran a extenderlo al resto de los territorios del país, y a proyectar no sólo filmes cubanos, sino también de factura extranjera.