jueves, 7 de enero de 2016

?Votar contra sí mismos?

Rafael Carela Ramos #SantiagodeCuba.-En las recientes elecciones parlamentarias celebradas en Venezuela, en las que la oposición alcanzó el triunfo, millones de venezolanos votaron contra los postulados y la obra del chavismo, quizás para muchos de forma inesperada. De este modo, la mayoría de los votantes lo hicieron, por h o por b, contra el millón de viviendas construidas, reparadas o rehabilitadas por la Revolución Bolivariana para disfrute del pueblo; contra el que millones de personas humildes hayan tenido acceso gratuito a los servicios de salud y la educación, así como a la alimentación, el empleo y la reducción de la pobreza. Pero también votaron contra el más de un millón de alfabetizados por el sistema “Yo sí puedo”; los miles de médicos venezolanos graduados en Cuba, y los recursos del país que han pasado a manos de la nación en los 17 años de chavismo en el poder, entre otros beneficios económicos y sociales. ¿ Cómo esto ha sido posible?, hay quien se pregunta. Según analistas políticos internacionales conocedores de la realidad de ese país, que han tratado el tema en medios informativos, estas elecciones se llevaron a cabo bajo la influencia de la guerra económica patrocinada por los sectores estadounidenses más conservadores y las campañas mediáticas de la derecha criolla contra el gobierno progresista venezolano. No obstante, hay medios que hablan también de corrupción y de lo poco que se ha trabajado en la transformación de la conciencia popular, pues “toda revolución, más allá del cambio en las condiciones de vida de la gente, debe implicar un profundo cambio cultural, es decir de los principios y valores, aquellos que hacen que la lealtad de un pueblo a un proceso se mantenga aún cuando la caída en los precios del petróleo dificulta los avances sociales, aquellos que debería hacer que los servidores públicos entiendan que las responsabilidades de poder son para servir al pueblo, no para servirse de él. “Si un avance en las condiciones de vida como el operado en América Latina no se acompaña de una transformación en la percepción de la realidad, en los valores y hábitos de consumo, los mismos que se han beneficiado de dicha mejora, se desvinculan del movimiento popular por desclasamiento y aculturización…”( 1) A esto se suman las críticas de movimientos sociales e intelectuales de izquierda en todo el continente, por las contradicciones de los gobiernos progresistas, sobre todo, por los errores, admitidos públicamente, y la falta de profundidad en los cambios planteados, aunque el jefe de la guerrilla colombiana de las FARC, Timoleón Jiménez (Timochenko), advirtió que “Ni este ni ningún otro es momento de emprender una gavilla de ataque demoledor contra la revolución, pues eso de caerle al caído para acabar de despedazarlo no tiene nada de revolucionario y por el contrario sirve a los intereses de la derecha internacional”. (2) Todo esto puede ser cierto, pero lo que no se puede olvidar esqu los méritos históricos de la Revolución Bolivariana, en bien de su pueblo, son muy superiores a cualquier error o equivocación. La realidad es que desde los primeros momentos después de su éxito, tanto en Venezuela como en Argentina, la derecha no se ha ocultado para expresar su intención de desmontar todo el sistema económico social establecido por el gobierno progresista, e incluso cambiar el gobierno, volver al pasado, como en el caso venezolano, aunque ello implique ir en contra de la Constitución del país. Esto constituye una lección esos países y para Ecuador, Brasil, Bolivia, Nicaragua y otros donde el pueblo ha escogido un camino propio de desarrollo, que siempre será blanco de la política del imperialismo y de la oligarquía nacional, en su interés por frustrar el avance popular y retrotraerlo al pasado. El giro político que se observa, conlleva a preguntarse si estamos en presencia de la restauración neoliberal de la región. “Pero lo que sí resulta evidente es que implica una profunda revisión crítica por parte de la fuerzas progresistas del área sobre aciertos y errores, así como un proceso de rectificación de lineamientos cortoplacistas, métodos obsoletos de trabajo y una reestructuración de sus organismos”.( 3) Como ha expresado el presidente cubano, Raúl Castro Ruz, hoy se impone ante todo la unidad de las fuerzas progresistas en torno a su revolución, así como la profundización de su sistema político social, la movilización activa y perenne de los movimientos sociales y la máxima vinculación de los dirigentes con las masas para enfrentar a las fuerzas de la reacción, so pena de perder los sueños y logros, que durante decenas de años le han costado tanto sudor y vidas a los pueblos del continente. Fuentes: (1)CEPRID, España, Diciembre 4 del 2015. (2)AFP, corresponsalía en Cuba, diciembre 14 del 2015. (3)POR EST0, México, diciembre 11 del 2015.

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