martes, 22 de diciembre de 2015

La Seguridad y Asistencia Social es un derecho de los cubanos

Rafael Carela Ramos La protección de la sociedad, en particular, cuando la persona es anciana, está enferma o sufre un accidente, es un derecho que tienen los cubanos en esta Cuba en revolución, sin distingo de raza, sexo, creencia religiosa o posición político-ideológica. Desde el triunfo de enero de 1959, como señala en un informe el Ministerio de Trabajo y Seguridad y Asistencia Social que consultamos, ha sido preocupación del Estado, aun en medio de las limitaciones económicas que ha debido enfrentar, el logro de un sistema integral que comprende el empleo, los ingresos, las condiciones de trabajo, la superación, el desarrollo individual y la participación social de sus ciudadanos, o lo que es lo mismo, una adecuada Seguridad Social. Este sistema asume no sólo el pago de jubilaciones y pensiones, sino también, el de accidentes comunes y de trabajo, enfermedades, maternidad, invalidez total o parcial, y en el caso de muerte a quien corresponda. Por su parte, la Asistencia Social brinda protección a las familias y personas más necesitadas con subsidios, cuyo carácter puede ser monetario, en servicios o especies, según nos aclaró un funcionario del sector. Precisamente, en estos últimos días hemos observado en las tiendas designadas al efecto, la entrega gratuita de colchones, ropa de cama y de vestir, módulos de cocina y otros enseres a personas en estado de necesidad. Además, miles de trabajadores sociales se encargan de atender a personas de la tercera edad que viven solas, discapacitadas, postradas y con otras limitaciones, en una muestra de atención al ser humano que no creo que se vea mucho en este mundo, donde se pasea por doquier el individualismo, la violencia y la falta de humanismo. Por citar unas cifras, el presupuesto dedicado a la Seguridad Social ejecutado el pasado año en el país, alcanzó la cifra crecida de más de 6 000 millones de pesos, a diferencia de otros países que ante la crisis económica que afecta al mundo y otros problemas, lo primero que hacen en reducir el monto del presupuesto asignado al sector social. En la provincia de Santiago de Cuba, el presupuesto para este 2015 es de 73 millones de pesos, superior al del 2014 en 13,7 millones de pesos, que respaldan las prestaciones fundamentales en efectivo a personas o núcleos con situaciones financieras críticas, los que alcanzan la cifra de 17 126 núcleos, integrados por 28 034 beneficiados. Estos son ejemplos cotidianos de la materialización de un derecho humano que no le vendría mal imitar a quienes no están bloqueados y tienen más recursos que Cuba, pero menos voluntad de hacer en bien del hombre.

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