sábado, 13 de agosto de 2016

FIDEL RESCATÓ A CUBA Rafael Carela Ramos #SantiagodeCuba.-La Revolución cubana llegó al poder justamente a tiempo, el 1ro. de enero de 1959, para cambiar la situación en que se encontraba Cuba bajo la dictadura batistiana. La ignominia política, la dependencia económica y el desamparo social, caracterizaban la vida del país, en los años de la llamada etapa republicana, para desdicha de un pueblo que había luchado por su libertad e independencia desde más de un siglo atrás. En su alegato “La Historia me Absolverá”, cuando era juzgado por los hechos del Moncada, en agosto de 1953, Fidel Castro expuso las seis razones fundamentales de esa acción: El problema de la tierra, con el 85 % de los pequeños agricultores sin tierra y 200 mil familias cubanas sin una vara de tierra donde sembrar, mientras 300 mil caballerías de tierras productivas z La falta de industrialización que mantenía al país a nivel de factoría productora de materias primas. La existencia de 400 mil familias del campo y la ciudad viviendo en cuarterías y solares, sin las más elementales condiciones de higiene y salud. La falta de escuelas y maestros, y casi un millón de analfabetos. Un millón de personas sin trabajo, en una población de sólo 5 millones y medio de habitantes. El 90 % de los niños del campo estaban devorados por los parásitos y el acceso a los hospitales del Estado sólo era posible con la recomendación de algún magnate político. Así era de penoso el estado de Cuba en el año 1953, lo que determinó que un centenar de jóvenes de la Generación del Centenario, encabezados por Fidel Castro, tomaran las armas y se lanzaran contra cuarteles de la dictadura. para liberar al país de aquella oprobiosa situación. A diferencia de los que en el exterior han pintado edulcoradamente la situación de Cuba, antes de enero de 1959, voy a exponer, además, aquella realidad, apoyándome en datos estadísticas oficiales de entonces, de agencias internacionales y de una organización religiosa de la época. Este país era una factoría productora de materias primas. Se exportaba azúcar para importar caramelos; se exporta cueros para importar zapatos; se exporta hierro para importar arados. El 23 % del ingreso nacional era aportado por el sector industrial. De este porcentaje, la mitad correspondía a la industria azucarera, que empleaba a 80 000 trabajadores, de un total de 270 mil existentes en el sector. Sólo 14 empresas no azucareras tenían más de 500 trabajadores, cifra considerada entonces dentro del marco de las grandes empresas. Un dato importante es que el 30 % de la población activa estaba desempleada o subempleada; no había, en lo fundamental, vacaciones retribuidas, salvo excepciones; y sólo tenían derecho a la jubilación el 52 % de los trabajadores. Particularmente reveladores de la desigualdad que había entonces, son los resultados de una encuesta realizada por la Agrupación Católica Universitaria sobre el nivel de vida de los obreros agrícolas, pues solamente el 11 % tomaba leche; 4 % consumía carne; el 2.1 % comía huevos; el 1 % consumía pescado; y el 3,4 % comía pan. En cuanto a la Educación, aspecto esencial del desarrollo social, de acuerdo con datos oficiales, en 1958 funcionaban 7 768 escuelas públicas con17 355 maestros, una matrícula de 582 000 alumnos, y más de 120 000 escuelas privadas. La cantidad de niños en edad escolar rebasaba la cifra de un millón. Esta insuficiente atención a la Educación daba como resultado que la mitad de los niños y adolescentes cubanos no asistía la escuela, y que en el país hubiese 707 000 analfabetos, de una población de poco más de cinco millones de habitantes, entre otros males. En materia de Salud Pública, otro medidor esencial del desarrollo, la situación era más deprimente aún, empezando por una mortalidad infantil de 60 por cada 1 000 nacidos vivos; un promedio de esperanza de vida entre 53 y 55 años; con 9,6 médicos por cada 10 000 habitantes; y en nuestras zonas rurales, en general, había carencia de médicos, enfermeras y hospitales. El presupuesto para la Salud Pública, antes del triunfo de la Revolución, era de 22 millones de pesos en el año, promediando 3,26 pesos por habitante. Y como no funcionaba ningún programa de salud, las enfermedades infecto contagiosas, como la tuberculosis, la fiebre tifoidea, la gastroenteritis y el parasitismo pululaban, principalmente, en el universo infantil cubano. Todos estos datos de Educación y Salud se encuentran en archivos de la UNESCO y la Organización Mundial de la Salud. Aunque no pretendo comparar puntualmente estos aspectos del quehacer social con la actualidad, debo decir que, por ejemplo, pese a las actuales dificultades económicas que enfrenta el país, bloqueado desde hace más de 54 años por Estados Unidos, el presupuesto corriente de este 2016 dedica a la Salud Pública el 30 % y a la Educación, el 23 %, en total, el 53 % en estos rubros. Estas son cuestiones objetivas que los más connotados anticubanos, de dentro y de fuera del país, no pueden negar, y que nos dan una idea clara de que realmente la Revolución comandada por Fidel, que ahora cumple 90 años, salvó a Cuba de una situación sin salida.

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