martes, 27 de junio de 2017

De qué derechos humanos habla Trump?

Rafael Carela Ramos Tirar piedra al vecino, teniendo un tejado de vidrio, puede resultar un boomerang que deje muy mal parado al agresor. Algo así le ha pasado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al pronunciar un discurso en la ciudad de Miami, cubil de la contrarrevolución cubana, rodeado de asesinos, terroristas, ladrones, oportunistas, vende patria y fracasados de toda índole, en el que proclamó el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, así como la eliminación de los intercambios educacionales a título personal, entre otras medidas, todas las cuales están pendientes de reglamentación. Estas medidas denominadas “Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el fortalecimiento de la Política de Estados Unidos hacia Cuba”, anunciadas el pasado 16 de junio, y justificadas por la supuesta situación de los derechos humanos en la isla, constituyen un retroceso de los modestos avances logrados con la Administración de Obama, a partir de los acuerdos con el Gobierno cubano, el 17 de diciembre del 2014. ¿De qué derechos humanos habla Trump? Como se ha dicho, no es precisamente el Gobierno de EE.UU. quien puede darle lecciones a Cuba sobre el tema, porque entre otras cosas, es una nación Estado Parte de sólo 18 instrumentos internacionales sobre los derechos humanos, mientras nuestro país lo es de 44 instrumentos. Un hecho que habla por sí solo es que el 20 de noviembre de 1989 la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño (Derechos humanos de la niñez), firmada por todos los países, con las excepciones de Estados Unidos y Somalia, algo que deberían revisar. EE.UU.,como señala la Declaración del Gobierno Revolucionario de Cuba, viola los derechos humanos en otros países, como las detenciones arbitrarias, las ejecuciones extrajudiciales y las muertes de civiles causadas por bombardeos y las guerras llevadas a cabo contra diversos países del mundo árabe, como Irak; el apoyo a fuerzas opositoras de regímenes elegidos por su pueblo, como el de Siria, sustentadas en inventos y mentiras; e intervenciones en varios países latinoamericanos a lo largo de su historia, como en México, Dominicana, Nicaragua y Panamá, por citar unos ejemplos, con el efecto de provocar cientos de miles de muertos, la mayoría civiles. Internamente, en Estados Unidos se cometen numerosos casos de asesinatos, brutalidad y abusos policiales, particularmente contra la población afroamericana; se explota el trabajo infantil; numerosas personas viven en las calles, sin un techo donde cobijarse; hay graves manifestaciones de discriminación racial; desigualdad salarial entre hombres y mujeres; y siendo un país de procedencia de emigrantes, se margina a emigrantes y refugiados, en especial a los de países islámicos. Ahora, el señor Trump, intenta imponer restricciones a los servicios de salud de ese país, con lo que dejaría a más de 20 millones de estadounidenses sin seguro médico, y anunció que abandonarán los Acuerdos de París, firmados por las naciones más ricas que afectan el medio ambiente con la emisión de gases contaminantes, sin importarle en cuánto esto perjudicará la vida en el planeta. Por el contrario, desde el triunfo de la Revolución en 1959, el Gobierno Revolucionario se ha esforzado por mejorar la calidad de vida de los cubanos, y garantizar su derecho al trabajo, a la salud y la educación gratuitas; a la Cultura; la Seguridad Social; la igualdad de oportunidades independientemente de su raza, origen social, religión, situación económica o pertenencia política. Pero lo más grande que la Revolución le ha otorgado al pueblo cubano, es su dignidad y tener una patria libre, independiente y soberana, por la que han caído, a lo largo de estos años, miles de patriotas. Que no tenemos, por ejemplo, elecciones al estilo de las de USA, donde sólo los ricos pueden ganarlas y hasta se puede lograr la presidencia, como en el caso del propio Trump, sin alcanzar la mayoría de votos populares; que tenemos un Partido Único, porque ellos tienen dos partidos, Demócrata y Republicano, pero con una misma plataforma política y la misma misión de proteger el gran capital; y el derecho a la libertad de expresión, aunque en USA se acaba de condenar a multas y sanciones penales a manifestantes pacíficos que abogaban por la eliminación de la política belicista y la preservación del medio ambiente. Por eso la Sociedad Civil cubana ha rechazado con rigor las medidas anunciadas por la actual Administración estadounidense, especialmente el anunciado endurecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero, y expresado su decisión de continuar apoyando la Revolución y el proyecto socialista cubano. Entonces, ¿de qué derechos humanos habla el señor presidente Trump?Tirar piedra al vecino, teniendo un tejado de vidrio, puede resultar un boomerang que deje muy mal parado al agresor. Algo así le ha pasado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al pronunciar un discurso en la ciudad de Miami, cubil de la contrarrevolución cubana, rodeado de asesinos, terroristas, ladrones, oportunistas, vende patria y fracasados de toda índole, en el que proclamó el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, así como la eliminación de los intercambios educacionales a título personal, entre otras medidas, todas las cuales están pendientes de reglamentación. Estas medidas denominadas “Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el fortalecimiento de la Política de Estados Unidos hacia Cuba”, anunciadas el pasado 16 de junio, y justificadas por la supuesta situación de los derechos humanos en la isla, constituyen un retroceso de los modestos avances logrados con la Administración de Obama, a partir de los acuerdos con el Gobierno cubano, el 17 de diciembre del 2014. ¿De qué derechos humanos habla Trump?

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