jueves, 12 de julio de 2018

Las lomas forman parte del paisaje santiaguero

25 de julio del 1515, aniversario 503 de Santiago de Cuba RAFAEL CARELA RAMOS Es difícil encontrarse en Cuba una ciudad con igual topografía que Santiago de Cuba, donde las lomas forman parte del paisaje. Desde que usted va llegando a la ciudad por la carretera de Ocho Vías, la Carretera Central o la de Siboney, a un lado y otro, lo van flanqueando las lomas, en esta época reverdecidas por las lluvias y los aires primaverales. Una vez en el centro histórico de la urbe comprobará que, efectivamente, Santiago de Cuba fue fundada hace casi 500 años por el español Adelantado Don Diego Velásquez, a orillas del mar, pero con asiento en pequeñas y altas lomas, que se dan la mano aquí y se separan allá, para volver a enlazarse por las calles pavimentadas y las viviendas unidas apretadamente, muchas veces por una misma pared. De norte a sur, desde el Paseo Martí hasta la Avenida 24 de Febrero (Trocha), y desde este a oeste, de la Central a la Alameda Michaelsen, Santiago es atravesada por calles empinadas, con viviendas en los firmes que uno no sabe cómo pueden mantener el equilibrio y no venirse abajo por lo inclinadas que están. Hay personas que dicen que no pocas mujeres santiagueras tienen bien desarrollados los músculos de las piernas y los glúteos, por el constante ir y venir, subir y bajar por las lomas del centro de la ciudad, haciendo sus menesteres cotidianos. Podrá ser verdad o no, investigación que sería interesante y divertida, pero lo sí es cierto es que las lomas forman parte del paisaje santiaguero, de sus avatares y modo de vivir, y de que en la etapa de la lucha contra la dictadura batistiana que oprimía al pueblo cubano, antes del lro de enero de 1959, fueron una cobija segura para los guerrilleros rebeldes comandados por Fidel. (Del libro de varios autores autores Crónicas y Estampas de Santiago de Cuba. Editorial Pablo de la Torriente Brau 2015).

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