martes, 6 de mayo de 2014

El Delegado: ïcono de la comunidad

RAFAEL CARLA RAMOS (Santiago de Cuba)Por estos días viene desarrollándose en Santiago de Cuba y el resto del país, el III Proceso de Rendición de Cuenta del Delegado a sus Electores, en el que predomina la participativa masiva de la población, como ente fundamental de nuestra sociedad. El delegado, propuesto, nominado y elegido por el voto libre, directo y secreto de los electores de su circunscripción, ícono de la comunidad y reflejo de la democracia real que tiene lugar en este país, es el centro de esta importante actividad. ¿Quién es este hombre o mujer que a diferencia de otras sociedades, es elegido en un proceso ajeno a propaganda partidarias, fraudes y corrupción? El delegado, que tiene que ser mayor de 16 años, estar en el disfrute de sus derechos políticos y obtener más de la mitad de los votos en las elecciones, es un aglutinador y a la vez servidor de la comunidad, por lo cual no recibe beneficio alguno, ni privilegios personales. Esta actividad no tiene carácter profesional y sí mucha entrega y trabajo, teniendo como única compensación en reconocimiento de sus conciudadanos por su labor. La tarea principal del delegado de circunscripción no es administrar, sino representar a sus a sus electores ante el Consejo Popular y la Asamblea Municipal del Poder Popular (Gobierno), y tramitar con las direcciones administrativas correspondientes, los problemas planteados por la población. Mas, como principio, la responsabilidad del delegado no es sólo trasladar quejas y peticiones, sino luchar porque sean solucionados y no darse por satisfecho hasta hacer el último esfuerzo por ello. Hay diferentes formas en que el delegado se comunica con sus electores: en los despachos semanales establecidos; en las calles, bodegas; en su propio hogar, y sobre todo, en las reuniones de Rendición de Cuenta. Por su dedicada labor el delegado es un ícono de la comunidad.

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