domingo, 30 de abril de 2017

EL SUBSIDIAR ES UN ACTO DE SOLIDARIDAD

Rafael Carela Ramos El subsidiar a las personas más necesitadas en nuestro país, es un acto de solidaridad humana, y un sello que marca positivamente la política de la Revolución cubana. Los subsidios comenzaron a entregarse en el 2012, después del paso del huracán Sandy, a personas y familias de escasos recursos, para la reparación o construcción de su vivienda. Según está establecido, constituyen prioridad para los subsidios quienes hayan sido afectados por desastres tales como ciclones, inundaciones, deslizamientos de tierra, incendios, y otros fenómenos, así como casos sociales críticos. El Decreto que puso en práctica esta medida, señala que esas personas deben demostrar que por falta de solvencia económica no pueden pagar el precio de los materiales de construcción o la mano de obra para realizarla. En la provincia de Santiago de Cuba, que fuera azotada duramente por el ciclón “Sandy” en octubre del 2012, se han entregado hasta el cierre del 2016, un total de 456,8 millones de pesos, a 16 mil 778 casos, de acuerdo con una información de la Dirección Provincial de Finanzas y Precios del Consejo de la Administración Provincial. Específicamente, los 30 820 afectados por el ciclón han recibido 288 millones de pesos. De manera particular, el país determinó asignar en Tercer Frente, a mujeres con más de tres hijos menores de 12 años, 3,1 millones de pesos. Todos los casos mencionados, tienen la obligación de emplear el subsidio recibido en la ejecución de lo que está establecido. La entrega de los subsidios es responsabilidad de los gobiernos municipales, que en forma colegiada deben decidir a quiénes se les entrega, una vez evaluadas las posibilidades y necesidades de las personas o familia, y el destino para el cual se solicita. En correspondencia con estos esfuerzos, la Industria de Materiales de la Construcción aquí debe incrementar su labor, para garantizar que los materiales puedan ser adquiridos a tiempo y en forma, por las personas que han sido beneficiadas. El subsidio, que no es un préstamo social ni un crédito reembolsable, sino una ayuda, reafirma al principio de la Revolución cubana de no dejar a nadie desamparado y de hacer lo más real y palpable posible, la aspiración de llevar a la práctica la justicia para todos.

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