SUBSIDIAR
A PERSONAS,
UNA POLÍTICA JUSTA Y
HUMANA DE LA REVOLUCIÓN
RAFAEL CARELA RAMOS
El
subsidiar a personas y no a productos, constituye una política justa y humana del país, a tono con el principio de la Revolución cubana de
que lo primero es el ser humano.
A partir del 15 de enero de este 2013, comenzó
a subsidiarse a personas y familias de
escasos recursos para la construcción y reparación de sus casas, aplicando una
nueva política de beneficiar personas y no a productos.
Se establece que constituirán prioridad para otorgar el subsidio las familias afectadas por catástrofes -ciclones, inundaciones, deslizamientos de tierra, incendios y otros considerados como tales-, y los casos sociales críticos, de manera particular aquellos que habiten en condiciones vulnerables, precisa el Decreto puesto en vigor al respecto.
Esas personas deben demostrar "que por falta de solvencia económica no pueden pagar el precio actual de los materiales de construcción o la mano de obra para ejecutar las acciones constructivas", indica el documento.
Se establece que constituirán prioridad para otorgar el subsidio las familias afectadas por catástrofes -ciclones, inundaciones, deslizamientos de tierra, incendios y otros considerados como tales-, y los casos sociales críticos, de manera particular aquellos que habiten en condiciones vulnerables, precisa el Decreto puesto en vigor al respecto.
Esas personas deben demostrar "que por falta de solvencia económica no pueden pagar el precio actual de los materiales de construcción o la mano de obra para ejecutar las acciones constructivas", indica el documento.
Entre las medidas
que se aplican en el país, para actualizar el actual agotado modelo económico, está la
eliminación de subsidios, muy generalizados en la isla y, en todo caso,
subsidiar a personas necesitadas y no a productos, como fue hasta el presente.
Hasta ahora, miles de personas han sido beneficiadas con esto en el país, a las que se le han entregado decenas de millones de pesos.
Hasta ahora, miles de personas han sido beneficiadas con esto en el país, a las que se le han entregado decenas de millones de pesos.
Según el Decreto
mencionado, el dinero para el subsidio de esas personas y familias, saldrá de
la misma venta de los materiales de la construcción, cuya oferta fue liberada a
precios comerciales.
En la
provincia de Santiago de Cuba, azotada
severamente por el ciclón “Sandy”, en octubre pasado, se aplica esta
medida y otras variantes a las personas afectadas por el devastador evento
metereológico.
De acuerdo
con informaciones ofrecidas por la oficina de la Vicepresidencia de
Economía y Planificación del Consejo
Provincial de la
Administración, antes
del ciclón se habían aprobado 627 casos, con 28 millones 83 mil pesos.
Después de
“Sandy,” y hasta el cierre de marzo, se han aprobado 7 509 casos, con un monto total de 43 millones 792 mil pesos,
aprobados por los Consejos de la Administración
Municipales del territorio.
Para la
atención a los damnificados, dice Silvano Linares, funcionario de Economía y Planificación
provincial, se creó la Oficina de Trámites, a nivel de Consejo Popular,
encargada de resolver las tramitaciones.
En este
proceso, el dinero no ha faltado, pero sí la presencia de los materiales de
construcción, principal problema, que aunque ha mejorado, todavía no está en
correspondencia con las cifras del dinero de los subsidios aprobados y
entregados a la población.
A los
subsidios se une el otorgamiento de créditos con bonificación del 50 % a
personas afectadas por el ciclón, y
otros casos que requieren del apoyo del
Gobierno, de acuerdo con la política de ayuda establecida, mediante la institución bancaria estatal
correspondiente. En el período señalado se han otorgado créditos a 96 180
personas por 397 millones 660 mil pesos.
La
bonificación con pago al contado a los damnificados es también parte de esta
política del país de ayudar a los que
más lo necesiten, y que consiste en que el beneficiado sólo paga el 50 % del
precio de los materiales que se les
asignen para la reparación de su vivienda, por ejemplo, porque el resto lo
asume el Estado. La cantidad de personas
bonificadas es de 17 873, con 22 millones 323 mil pesos. El asunto aquí es
resolver el papeleo existente, asi como el excesivo tiempo que afecta aún la solución de los problemas, lo que
provoca el disgusto de no pocas personas.
La aplicación
de estas medidas no es perfecta, hay que seguir trabajando para optimizarlas,
pero difiere de la política de la mayoría de las sociedades de consumo, cuya
tendencia ante las dificultades económicas es la reducción de los presupuestos
sociales, lo que redunda en perjuicio de la población.
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