miércoles, 16 de octubre de 2013

El bloqueo en el banquillo

RAFAEL CARELA RAMOS Por estos días, el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba es uno de los temas que se discuten en el 68 Período de Sesiones de la Asamblea General de la U, en Nueva York, y que próximamente será sometido a votación. En esta ocasión, nuevamente Cuba presentará un informe titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos de América contra Cuba”, acerca del cual las delegaciones de los países participantes se pronunciarán antes de ser sometido a votación. En las 21 oportunidades anteriores, la comunidad internacional ha votado en forma consecutiva contra esta medida de EE.UU., calificada de genocida, porque pretende matar por hambre y enfermedades a un pueblo, violando la Convención de Ginebra de 1948. En la última sesión de la Asamblea, el pasado 2012, la votación arrojó 187 votos a favor de Cuba, 2 abstenciones y 3 en contra, y la respuesta de USA en lugar de eliminarlo, ha sido mantener las leyes, disposiciones, enmiendas y restricciones que lo sustentan, incluyendo la Ley de Comercio con el enemigo, aprobada en 1919 para enfrentar situaciones de guerra, prorrogada recientemente por el presidente estadounidense Obama, y que sólo se aplica a Cuba en el mundo. El bloqueo, establecido por el Gobierno norteamericano el 3 de febrero de 1962, mediante la Proclama Presidencial 3447 del entonces presidente John F Kennedy, y que encontró en vigor a las 12:01 del 7 de febrero de ese mismo año, hace ya 51 años. Esta injusta medida afecta a todos los sectores de la sociedad cubana, ya que Cuba no puede exportar ningún producto a Estados Unidos; tampoco puede comerciar con firmas norteamericanas en terceros países; no puede usar el dólar en las transacciones en el exterior; no tiene acceso a los créditos de instituciones financieras internacionales, y sus barcos y aeronaves no pueden tocar territorio estadounidenses. Como se infiere, debido a estas limitaciones, por ingresos dejados de percibir por obstáculos para realizar exportaciones, pérdidas por tener que comerciar en regiones lejanas, afectaciones a la producción y los servicios, imposibilidad de adquirir tecnologías, y por afectaciones financieras, entre otras cosas, en estos más de 50 años de instituido, las pérdidas por el bloqueo superan los 975 mil millones de dólares. El bloqueo continúa siendo una política absurda, ilegal y moralmente insostenible, que no ha cumplido ni cumplirá el propósito de doblegar la decisión patriótica del pueblo cubano de preservar su soberanía, independencia y derecho a la libre determinación, aunque genera innumerables carencias y sufrimientos a la población, limita y retarda el desarrollo del país, y daña seriamente la economía cubana. El mandatario estadounidense Obama se ha defendido diciendo que se ha flexibilizado el envío de remesas y las visitas de ciudadanos de origen cubano a la isla, lo que es como una gota de agua en una bahía, pues el Presidente de EE.UU. cuenta con prerrogativas suficientes para modificar el bloqueo contra Cuba, incluso sin la intervención del Congreso, pero no ha querido o no ha podido hacerlo. Por estas razones, estamos seguros de que en los días venideros la comunidad internacional volverá a rechazar el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, dejando aislado a Estados Unidos, una vez más, acompañado sólo de sus espurios perros falderos.

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