lunes, 13 de octubre de 2014

El alcoholismo, ese enemigo de la salud

RAFAEL CARELA RAMOS Por estos tiempos, en que se aprecia un incremento en el consumo del alcohol por personas de todo tipo y edades, de adolescentes a adultos mayores, lo mismo en lugares de expendio que en parques, esquinas y calles de nuestro país, es oportuno recordar los perjuicios que ello puede causar en la salud humana, la economía y la sociedad. De acuerdo con el criterio del Dr. Ricardo González, especialista de II Grado en Psiquiatría, expresado en libros y comparecencias ante los medios de prensa, el alcoholismo puede originarse por diversos factores, tales como una personalidad predispuesta, la presión social, el estrés, y otros no menos importantes. El alcoholismo, además de afectar el bolsillo, la relación del individuo con su familia y ser un limitante para la superación general de este, origina enfermedades como la cirrosis hepática y debilidad o destrucción de los músculos del corazón. Hay otros estudiosos que consideran que esta tendencia de consumo tiene una base química y un componente psicológico, pero no se sabe con certeza por qué algunas personas pueden consumir alcohol sin hacerse adictos y otras no. Lo cierto es que el alcoholismo es, en esencia, un enemigo social. En no pocos accidentes del tránsito, por ejemplo, están involucrados conductores que han ingerido bebidas alcohólicas; lo mismo ocurre en los casos de violencia familiar; en broncas callejeras o en lugares de recreación, en los que tienen lugar actos de indisciplinas sociales. Las posibilidades de desarrollo de este mal son mayores en aquellas personas que comienzan a beber en edades tempranas. En eso tiene mucho que ver la familia, pues a veces, en celebraciones familiares o entre amigos, los padres dan de beber a sus hijos, varones sobre todo, desconociendo que lo malo que se siembra poco a poco en la niñez, después se recogerá en la adolescencia, la juventud y la adultez. Volviendo al aspecto básico de nuestro tema, diremos que el alcohol, además de provocar adicción, es la causa de 60 enfermedades y padecimientos diferentes, según las conclusiones de un estudio titulado “El alcohol en Europa: Una perspectiva de salud pública”, elaborado por el Instituto para el Estudio del Alcohol, en Reino Unido. Entre las afectaciones de la salud se encuentran lesiones, trastornos mentales y del comportamiento, afecciones gastrointestinales, cánceres, enfermedades cardiovasculares, pulmonares y músculo-esqueléticas, trastornos reproductivos, así como daño prenatal, mayor riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer. “Los riesgos para la salud no derivan de la graduación de la bebida, sino de su contenido alcohólico. Lo que acaba siendo tóxico es el alcohol y, por tanto, si yo me tomo 40 gramos de alcohol a través de una bebida alcohólica de alta graduación, de vino o de cerveza, el efecto tóxico acaba siendo el mismo” explica el doctor Antoni Gual, de la Unidad de Alcohología del Hospital Clínico de Barcelona. Aunque no es incurable, dice el especialista cubano, Dr. Ricardo González, que después que se llega al punto del alcoholismo, el caso se convierte en un “vía crusis”, que generalmente no es superable sin la ayuda de una férrea voluntad del consumidor dependiente o de especialistas sobre el tema.

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