viernes, 24 de octubre de 2014

Encuentro con René González

RAFAEL CARELA RAMOS René González llegó después del mediodía, acompañado de su esposa, Olga Salanueva. En el amplio patio del Instituto de Amistad con los Pueblos de Santiago de Cuba, el público que esperaba, expectante, lo recibió con una fuerte ovación. Este luchador antiterrorista, quien estuvo 15 años preso injustamente en cárceles de EE.UU, visiblemente emocionado, saludó a los representantes de organizaciones de masas y sociales, de Comités de Solidaridad con los Cinco, profesionales, estudiantes y pioneros, así como de la prensa provincial. René inició su intervención señalando que “ no estamos aquí por un gesto de generosidad del Gobierno estadounidense, sino porque cumplimos con la condena que se nos impuso”. Y añadió: “Para mí fue una pesadilla regresar solo, pues siempre pensamos que regresaríamos todos, que así seríamos acogidos por nuestro pueblo, por eso no podemos concluir la lucha hasta que Gerardo, Antonio y Ramón regresen”. En otra parte de su intervención, seguida con avidez por los presentes, el Héroe de la República de Cuba enfatizó en que es importante aprovechar cada oportunidad que tengamos para lograr este objetivo, especialmente las jornadas de solidaridad, que en la actualidad se han caracterizado por su amplitud, intensidad y calidad. “Mediante las movilizaciones en Cuba –dijo-, nuestros hermanos en el continente y en Estados Unidos han conocido el proceso de los Cinco y estamos seguros de que en este sentido ustedes siempre darán un paso al frente, cuando sea requerido”. A una pregunta del auditorio sobre la mejor forma de contribuir a la liberación de los luchadores antiterroristas cubanos encarcelados aún, incluyendo postales con una lista de firmas dirigidas al presidente Obama, René aclaró que “esto no tiene el mismo impacto que las cartas individuales, firmadas de puño y letra, en las que cada cual exprese lo que siente; sin duda, un número grande de cartas tiene mucho impacto, lo digo por mi experiencia de cuando estaba preso allá”. En una muestra del temple de este hombre y de sus compañeros de lucha, René apuntó que “a finales del proceso judicial contra nosotros, nos dimos cuenta de que a la jueza le molestaba vernos recibir la sentencia con naturalidad, sonrientes, pues parece que ella esperaba vernos tristes y arrepentidos”, pero se quedó con las ganas y fue una forma de ellos burlarse de esta representante de un sistema de justicia realmente injusto, donde prevalecen los intereses políticos y económicos. “Para nosotros lo fundamental era demostrarle que no tendíamos miedo”, subrayó. En esta hermosa jornada de intercambio, profesores y alumnos; artistas y trabajadores; hombres y mujeres; adultos, niños y adolescentes santiagueros, dedicaron hermosas palabras, canciones y poemas a René, un héroe cubano que supo poner en alto el espíritu revolucionario, la firmeza y dignidad de su pueblo.

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