Los vagos patriotas

LOS VAGOS PATRIOTAS

RAFAEL CARELA RAMOS

La conducta de algunas personas resulta a veces impredecible y sorprendente.

No es que todo el mundo ha de andar recto como una vela, en el mismo altar, porque cada uno tiene su historia, formación, sus ideas  y ve la vida desde su propio ángulo; pero los hechos contienen hilos unificadores que marcan la acción y el rumbo, y lazos que se niegan a si mismos, de modo contradictorio.

Casos de personas como estas he conocido aquí, en Santiago de Cuba y supongo que los hay en todo el país. Individuos que casi nunca andan solos, que no  quieren trabajar, que se convierten en buscavidas, que “luchan” la subsistencia de una forma u otra, menos con el sudor de su frente, en una sociedad que ha podido sobrevivir  a grandes adversidades, entre otras cosas,  con el  arma  del trabajo, y que sin embargo, se movilizan para “defender  esto”, como dicen, en los momentos en que los llaman.

Lo mismo me cuentan colegas que nacieron y vivieron su infancia en barrios marginales,  donde el ron inventado corre como río, el vocerío y  la música a alto volumen es como el pan de cada día, sobre amigos que conocen y hacen lo mismo, pues andan de vagos, no aportan nada a la sociedad, pero no admiten que venga  otro, de donde venga, a  ultrajarle la tierra que los vio nacer.

No digo que todos piensen y actúen de la misma manera, ni siquiera que sea la mayoría, pero de que existen, es cierto. No son los héroes cotidianos de que hablara el Che, pero ven la Patria como cosa suya y, aunque no aportan el sudor del trabajo, están dispuestos a defenderla  desde una trinchera.

Nada, que la conducta de algunas personas, en ocasiones, suele ser impredecible y contradictoria.