viernes, 13 de enero de 2012

?Embargo o bloqueo?

RAFAEL CARELA RAMOS

Estados Unidos se empeña en calificar como “embargo”  a las medidas unilaterales que aplica contra Cuba desde hace 50 años. Para los cubanos, las medidas económicas, comerciales y financieras de EE.UU., no son menos que un bloqueo, por su naturaleza, carácter y las afectaciones de todo tipo que le provocan  a este pequeño país del Tercer Mundo.

Esto ha dado origen a una polémica internacional, que se ha mantenido a lo largo de décadas, en la que unos emplean el término embargo y otros el de bloqueo, aunque para mí, lo más importante son sus efectos.

Se da el caso, incluso, de que defensores de la Revolución cubana, confundidos o desconociendo lo establecido por el Derecho Internacional, como apuntan juristas, definen equivocadamente las medidas hostiles de USA contra la isla.

Por “embargo” se conoce generalmente como la forma judicial de retener bienes para asegurar el cumplimiento de una obligación contraída, aunque puede ser también una medida precautoria autorizada por un juez, tribunal o autoridad competente, con igual propósito de hacer cumplir por el deudor sus compromisos. Y Cuba ni es deudora de Estados Unidos, ni es una amenaza para la seguridad de  ese país, por lo que es injusto aplicarle medidas de legítima defensa.

La Dra. Olga Miranda Bravo (fallecida), especialista en el tema del Derecho Internacional, escribió en su  libro Cuba-USA-Nacionalizaciones y Bloqueo, Editorial Ciencias Sociales, 1996:
“Desde la Conferencia Naval de Londres, de 1909, es un principio aceptado en el derecho internacional que: "el bloqueo es un acto de guerra", y siendo así, sólo es posible su empleo entre los beligerantes. No existe, por otra parte, norma del derecho internacional que justifique el llamado "bloqueo pacífico", el cual fue práctica de las potencias coloniales del siglo XIX y del principio del pasado siglo”.
El bloqueo de Estados Unidos contra Cuba se implantó oficialmente a las 12:01 del día 7 de febrero de 1962, mediante la Proclama presidencial 3447, pero ya desde 1959 ese país venía aplicando políticas de bloqueo contra Cuba, dirigidas esencialmente a socavar  los pilares fundamentales de   la economía y la defensa de la isla, con el objetivo final de lograr el derrocamiento del Gobierno revolucionario y poner de rodillas al pueblo cubano, cosa que no ha podido lograr en medio siglo, gracias a la firmeza y patriotismo del pueblo cubano.
Así, a lo largo de cinco décadas, el bloqueo se ha mantenido, e incluso endurecido, con medidas adicionales que han afectado y afectan cada día más el normal desarrollo de esta nación. Entre esas acciones hostiles está  la aprobación de la Ley  Torricelli, en 1992, con el fin de combinar la guerra económica – los buques que transporten artículos a Cuba no pueden tocar puertos estadounidenses durante seis meses- con la subversión ideológica por medio del Carrill II; después, en 1996, entró en vigor la Ley Helms Burton, la que establece sancionar a empresas y personas que inviertan en Cuba, internacionalizando aún más el bloqueo, al tiempo que a los directivos de esas empresas se les puede negar la entrada a USA.
En mayo de 2004, el gobierno  del entonces presidente Bush creó la llamada “Comisión de Asistencia a una Cuba Libre”, que tenía el objetivo de lograr la transición a la sociedad de consumo, y en el 2006 se formó un grupo destinado a perseguir a las agencias de viajes, empresas y ciudadanos que tuvieran alguna relación con la isla, entre otras represalias. 
Básicamente, por la existencia del bloqueo Cuba no puede exportar ningún producto a EE.UU., tampoco puede comerciar con firmas norteamericanas en terceros países; no puede usar el dólar en sus transacciones financieras internacionales y sus barcos y aviones no pueden tocar territorio norteamericano.
Las acciones ejercidas contra Cuba por el Gobierno de los Estados Unidos no se enmarcan en la definición de "embargo" -señala la Dra. Miranda-. Por el contrario, trascienden a éste y tipifican un "bloqueo," al perseguir el aislamiento, la asfixia, la inmovilidad de Cuba, con el avieso propósito de ahogar a su pueblo y llevarlo a claudicar de su decisión de ser soberano e independiente.

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