viernes, 20 de enero de 2012

Extender la mano a los más necesitados


RAFAEL CARELA RAMOS

El extender la mano a los más necesitados, ha sido un sello distintivo de la Revolución cubana, a lo largo de más de 52 años de existencia.
Esa es la política que ha movido recursos y esfuerzos en los diferentes momentos y quehaceres de nuestra sociedad, para construir viviendas destruidas; salvar vidas en hospitales; abrir puertas en escuelas, institutos  y universidades, sin distingo de posición económica o social; y garantizar la asistencia social a los menos favorecidos.
Ahora, cuando incluso la crisis económica y financiera afecta a todos los países y se ven limitadas nuestras posibilidades, el cumplimiento de los Lineamientos 173 y 299 del VI Congreso del Partido se pone en práctica con un subsidio a personas de bajos ingresos que requieran la compra de materiales de la construcción para reparar o reconstruir su domicilio.
Esta es una nueva forma de ayuda, pienso que con pocos antecedentes en el mundo,  a las personas con menos posibilidades económicas y con necesidad de resolver sus problemas de vivienda.
Le medida, que entró en vigor el 15 de enero pasado, es la primera que se adopta en el país para subsidiar no a los productos, sino a las personas.
Los subsidios tendrán un orden de prioridad, de acuerdo con el cual serán atendidas, en primer lugar, las familias afectadas por catástrofes como ciclones, inundaciones, deslizamientos de tierra, incendios, etc., así como los casos sociales críticos, con malas  condiciones habitacionales.
La entrega de los subsidios es responsabilidad de los gobiernos municipales, que en forma colegiada decidirán a quienes los entregan, una vez evaluadas las posibilidades y necesidades de las personas en cuestión, la familia y el destino para el cual se solicita.
Hasta ahora el  país ha asignado para este menester la cantidad de 164 millones de pesos, de la cual 11 millones son para la provincia de Santiago de Cuba, que se distribuirán entre todos los municipios, según informó Silvano Linares Filtres, funcionario del Gobierno provincial. “Para llevar a cabo esta tarea, se han preparado  cuadros y funcionarios de los gobiernos municipales, del Banco y la Vivienda del territorio, y en los primeros dos días ya se atendieron  a 1 264  personas”, apunta el funcionario.
Como se  explicó en una reciente Mesa Redonda, la fuente de estos recursos es un porcentaje -40 %-, de lo recaudado en la venta de materiales de la construcción no subsidiados, y las personas que  aspiran al subsidio deben dirigirse a la Oficina de Trámites de la Vivienda del municipio donde residen y presentar la correspondiente solicitud.
Dado el carácter tan sensible de un asunto como el de la vivienda, los Consejos de la Administración Municipales (CAM) tienen la alta responsabilidad de ser eficientes y justos a la hora de escoger a la persona que será subsidiada y la asignación del subsidio; y el beneficiado, debe cumplir el compromiso pactado con el Estado  de emplear el financiamiento que se le asigna en los fines previstos, que son la compra de materiales de la construcción y el pago de la mano de obra, no otra cosa, así como su participación activa, con su familia, en la solución del problema de su vivienda.  
Debe aclararse que este compromiso no sólo se sustenta en el aspecto moral, sino que también tiene un sustento legal, y quienes lo inflijan, tendrán que responder por esto.
Es bueno señalar, además, la importancia de la ayuda de la comunidad, de los vecinos, en estos casos, así como de los centros de trabajo que cuenten con transporte para el posible traslado de materiales.
Las personas subsidiadas  tienen el derecho de reservar por cinco días hábiles los productos comprados, y el centro o entidad vendedora tiene la obligación de guardárselos.
Esta medida, que no es una prestación social ni un crédito reembolsable, sino una ayuda, reafirma el principio de la Revolución cubana de luchar por la justicia para todos, expresado por Raúl: “Lo más importante es que esta medida está dirigida a ayudar a las personas y núcleos con menos posibilidades económicas, sobre la base de que nadie quedará desamparado”.

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