MI DELEGADA RINDE

CUENTA DE SU GESTIÓN

RAFAEL CARELA RAMOS

Por lo menos dos veces al año, la delegada (concejal) de mi circunscripción rinde cuenta de su gestión a sus electores.

Ese día, más bien esa noche, porque las reuniones son en las primeras horas de la noche, es diferente para la comunidad. Desde antes de la hora fijada, los vecinos van concentrándose poco a poco, hombres y mujeres, la mayores adultos, incluyendo a personas de la tercera edad.

Bancos, sillas y aceras sirven de asiento  a los electores, en tanto otros permanecen de pie, en medio de la cuadra del  Comité de Defensa de la Revolución, adornada con carteles, depósitos con flores y plantas ornamentales, todo presidido por la Enseña Nacional cubana, situada detrás de la mesa directiva de la actividad.

Al iniciar la reunión, la delegada informa sobre la solución de cada planteamiento de los electores. Explica los que se han resuelto y los que no se han podido resolver y porqué. Algunos de mis vecinos entienden, otros muestran su inconformidad insistiendo en su problema en voz alta. Tiene paciencia mi  delegada, pues  vuelve a explicar con calma sobre la gestión realizada y la respuesta que recibiera por parte de los organismos y empresas que tenían que ver con el asunto.

Es natural que los afectados insistan, impacientes porque, por ejemplo, no le han resuelto aún las tejas para el techo que  le arrebató el ciclón del pasado año, aunque saben que otros casos ya han sido solucionados  y que no todos se pueden resolver al mismo tiempo. Pienso que es una cuestión de humanos, el que cada uno quiera estar entre los primeros.

Así va transcurriendo la jornada, con  nuevos planteamientos de los electores que son llevados al acta de la reunión, y que  la delegada tendrá que tramitarlos con quienes corresponda, así como da a conocer otras   informaciones sobre la situación del territorio que son recibidas  con  la aprobación de unos y el escepticismo de otros; pero, al final,  mi delegada recibe el premio del  aplauso de los electores, por su desempeño esforzado  y honesto.

Así son las rendiciones de cuenta de mi comunidad.