viernes, 3 de febrero de 2012

Cuba: más unidad y soberanía, mensajes de la conferencia partidista




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Escrito por Waldo Mendiluza*   
03 de febrero de 2012,

Conferencia Nacional del PCCLa Habana (PL) Consolidar la unidad y la soberanía de Cuba en la construcción de su modelo socialista de desarrollo constituyó una de las prioridades fijadas por la Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista, foro que sesionó en esta capital.

 Ver más imágenes en FotosPL El encuentro dirigido al fortalecimiento interno de la organización concluyó el 29 de enero en el Palacio de las Convenciones, donde los más de 800 delegados participantes aprobaron objetivos de trabajo de cara a la actual coyuntura del país y para los próximos años.

Los comunistas de la isla consideraron las acciones acordadas herramientas para el propósito fundamental de garantizar la "indestructible unión con el pueblo y la continuidad e irreversibilidad del socialismo", además de potenciar el centralismo democrático y la dirección colectiva como sus principios rectores.

Sobresale entre los objetivos plasmados en una Resolución, el impulso al cumplimiento de los lineamientos del VI Congreso del Partido -celebrado en abril último- para la actualización del modelo económico de Cuba.

La nación caribeña está inmersa en transformaciones enmarcadas en la búsqueda de una mayor eficiencia, el ahorro, la diversificación de exportaciones y la ejecución de inversiones, así como en una amplia participación del sector privado, llamado aquí trabajo por cuenta propia.

A propósito de ese escenario, el foro convocó al protagonismo ciudadano en la actualización económica y a la atención partidista a los emprendedores o cuentapropistas, quienes rondan ya las 360 mil personas, muchas de ellas dedicadas a la transportación de pasajeros, la venta de alimentos y el arrendamiento de viviendas.

También destacó el papel de la organización comunista en la política de cuadros, la defensa de los valores de la sociedad y la lucha contra la indisciplina social, las ilegalidades y la corrupción.

Otros puntos aprobados en la Conferencia, que sesionó durante dos días en comisiones de trabajo, fueron el fortalecimiento de los vínculos con las organizaciones juveniles y de masas, y la ratificación del rechazo a prejuicios y conductas discriminatorias por motivo de raza, sexo o creencias religiosas.

A partir de los dictámenes de las cuatro comisiones activadas, los comunistas cubanos facultaron al Comité Central del Partido para que en correspondencia con los objetivos trazados, decida las modificaciones que estime pertinentes a los estatutos de la agrupación.

La reunión de dos días fue la culminación de un proceso nacional que permitió a cientos de miles de militantes expresar criterios y emitir propuestas.

Según datos divulgados en el encuentro, las consultas con las bases generaron más de un millón de opiniones, que resultaron en la modificación o incorporación de objetivos.

El primer secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, calificó ese proceso de profundamente democrático.

Se discutió de un extremo a otro del país con un espíritu democrático, como nunca antes, apuntó en la clausura de la conferencia.

La defensa del partido único

En su discurso ante la plenaria del foro, Raúl Castro consideró que la existencia de un partido único en la isla garantiza la continuidad de la soberanía y la justicia social conquistadas por la Revolución de 1959.

"Renunciar al principio de un solo partido equivaldría, sencillamente, a legalizar al partido o los partidos del imperialismo en suelo patrio y sacrificar el arma estratégica de la unidad de los cubanos, que ha hecho realidad los sueños de independencia y justicia social", señaló el presidente cubano.

Para el mandatario, no puede ignorarse el escenario hostil en el cual se ha abierto camino la Revolución.

Nuestros adversarios y hasta algunos que simpatizan con nosotros, abstrayéndose de la historia de permanente agresión, bloqueo económico, injerencia y cerco mediático, nos exigen, como si se tratara de un país en condiciones normales y no una plaza sitiada, la reinstauración del multipartidismo que existió en Cuba bajo el dominio neocolonial estadounidense, apuntó.

A propósito del tema, recordó que el concepto del Partido Comunista como vanguardia y fuerza dirigente superior de la sociedad está en plena correspondencia con la Constitución de la República, aprobada en referendo por más del 97 por ciento de los electores, mediante voto libre, directo y secreto.

Raúl Castro precisó que las experiencias en las luchas por la independencia y la soberanía de la isla demuestran la necesidad de defender el sistema del partido único, sin el menor menosprecio a ningún otro país con modelos diferentes.

Si hemos escogido soberanamente, con la participación y respaldo del pueblo, la opción martiana del partido único, lo que nos corresponde es promover la mayor democracia en nuestra sociedad, agregó en el Palacio de las Convenciones de esta capital.

En la intervención final de la Conferencia, el dirigente reiteró además la voluntad de resistir las "brutales campañas anticubanas instigadas por el gobierno de Estados Unidos y algunos otros tradicionalmente comprometidos con la subversión contra nuestro país, con el concurso de la gran prensa occidental y la colaboración de sus asalariados dentro de la isla".

Al respecto, señaló que los propósitos son crear una quinta columna, desacreditar a la Revolución y justificar la hostilidad y el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington hace medio siglo.

"Las campañas anticubanas no harán mella en la Revolución ni en el pueblo, que continuarán perfeccionando su socialismo", sentenció.

En los días siguientes a la conclusión del encuentro, la prensa cubana publicó los objetivos acordados en la Conferencia partidista, así como los dictámenes de sus cuatro comisiones.

* Periodista de la Redacción Nacional de Prensa Latina.

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