El Rincón de Santiago
RAFAEL CARELA RAMOS
Sí, Cinco es más que un
número en el amplio espectro de las
cifras.
Cinco es que lo detengan arbitrariamente por hacer un
bien para muchos;
que el lado justo de las cosas le dé la espalda, y
vaya usted a parar a un hoyo
oscuro
de 2 por 3 metros,
durante varios meses, sin que sepa por
qué le quitan la luz, igual que a un criminal peligroso y de mala conducta.
Cinco es que lo despojen de sus razones y
prevalezca el odio y los prejuicios de los que tienen la responsabilidad de
juzgar sus actos.
Pero,
Cinco también es que se vendan plumas
que inunden periódicos con infundios con el propósito de que la justicia le
vire las espaldas y usted sea condenado con una severidad ajena a la
razón.
Cinco es verse separado de su familia,
encerrado entre rejas, y que por mucho
que muchos pidan o exijan, premios Nóvel o no, la Estatua de la Libertad no mire
hacia el lado que debiera.
Cinco
es que una jueza tenga que admitir que fue injusta, demasiado severa, a la hora de imponer castigo.
Cinco
es ser castigado sin que le prueben el
cargo por el que se le acusa.
Y
rozando con la negación de todo lo humano y divino que se pueda concebir, le impidan a uno
hacer lo más simple y complicado de este
mundo, dejar descendencia.
Cinco es llamarse Gerardo, Ramón, Antonio,
Fernando o René.
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